La familia Reali, presente en el Gargantini para vivir ¿la despedida de Chucky de Independiente?

Matías Reali, clave en el ascenso de Independiente Rivadavia, podría haber jugado su último partido en el Gargantini. Su hermano Julián y su padre Sandro estuvieron presentes para apoyarlo.
Como reza el cartel de la señora que llegó acompañada de su pequeña hija al Bautista Gargatini, y fue especialmente a esperar al delantero en la llegada del plantel del Azul al estadio, está más que claro que son los últimos partidos de Matías Reali en Independiente Rivadavia.
Frente a Unión podría haber sido el último partido en casa del virtuoso extremo que formó una temible dupla con Alex Arce en el histórico ascenso de Independiente Rivadavia a la Liga Profesional.

En la previa del partido frente al Tatengue no fueron pocos los que confundieron a «Chucky» con Julián, su hermano, por su enorme parecido físico con Matías. Julián tiene 22 años y también es futbolista. Juega de enganche en Talleres de La Plata, de donde son oriundos los Reali. El clon de «Chuky» llegó hasta La Catedral Azul para ver a su hermano disputar el que podría haber sido su último partido con la camiseta de la Lepra.
Cuando se sentó con el mate en la mano en la platea cubierta del Gargantini, Julián atendió amablemente la requisitoria de DFB Sports para contar su historia. Junto a él estaba su papá, Sandro, nada menos que el progenitor del ídolo de los azules.
Ambos se emocionaron cuando se oyó el «¡Oleeeeé, oleeeeeeeeeeeé, oleeeeeeeé, oleeeeeeeeeé, Chuuuuuckyyyy, Chuuckyyyyy!» con el que Los Caudillos mimaron a la figura excluyente de Independiente Rivadavia de un buen tiempo a esta parte, quien luego del partido tiró una sentencia que parece inexorable: «La verdad que acá fui muy feliz, vamos a ver qué pasa en estos días», señaló en tiempo pasado.
Las ofertas para Matías son varias, y muchas de ellas están el fútbol argentino. El «10» bravo de la Lepra aparece en el radar de Boca, San Lorenzo, Vélez y Racing. Pero también lo sondearon fuertemente de Liga Deportiva Universitaria de Quito, donde podría reflotar aquella sociedad con su mejor compadre en Independiente Rivadavia: el paraguayo Alex Arce. Veremos, veremos y ya sabremos. Por lo pronto, pase y lea la imperdible historia de la familia Reali, quienes pasaron de ser hinchas de Gimnasia y Esgrima de La Plata a adorar a la Lepra de Mendoza.